martes, 5 de julio de 2011

Ética y desarrollo tecnológico en la práctica médica

 
Ética y desarrollo tecnológico en la práctica médica

Los problemas éticos se presentan continuamente en la práctica médica y especialmente en relación con adelantos tecnológicos de carácter diagnóstico y terapéutico. El alto costo de estos recursos obliga a utilizarlos de manera selectiva y es entonces cuando surge el conflicto de decidir quiénes deben beneficiarse con ellos y quiénes no. En los últimos años han arreciado las críticas por el uso indebido de esas nuevas tecnologías y las repercusiones que esto tiene sobre la relación entre costos y beneficios.


Por desgracia, su empleo tiende a aumentar en forma indiscriminada y, como resultado, a encarecer la atención de salud. Ante esta situación, surge la necesidad de analizar la pertinencia de los nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento, las causas del abuso tecnológico, los aspectos éticos del uso de la tecnología médica e incluso las relaciones entre tecnología y sociedad.


La práctica de la medicina enfrenta al médico continuamente a dilemas de tipo ético. Muchas decisiones conflictivas obligan al médico a hacer juicios de valor eligiendo un camino que respete las esperanzas y los deseos del enfermo, pero también las directivas de los políticos que, de acuerdo con la meta de salud para todos, favorecen más las inversiones para la sociedad en su conjunto que para el individuo aislado. Ello implica no solo una mayor preocupación por la medicina primaria, comunitaria o de familia sino también cortapisas para el desarrollo de la tecnología terciaria. No hay duda que estas restricciones presupuestarias para la asistencia terciaria, que son la consecuencia de decisiones tomadas por las autoridades de salud, entran en conflicto con la opinión de amplios sectores de la población que han ido siguiendo los avances tecnológicos de la medicina moderna y dan por válidos y legítimos los beneficios proclamados.

Reproducción asistida y Eugenesia

Reproducción asistida es la técnica de tratamiento de la esterilidad o infertilidad que conlleva una manipulación de los gametos.
La reproducción asistida o fecundación artificial es una tecnología destinada a superar la infertilidad de alguno de los miembros de la pareja. Se realiza por dos medios:
Introducción médica del semen o esperma en la vagina de la mujer. Esta vía recibe el nombre de asistencia in útero
La extracción del óvulo femenino para fecundarlo con espermas obtenidos previamente del hombre y propiciar el encuentro en una probeta. Después de cierto tiempo de incubación en la probeta, el embrión fecundado es implantado en el cuerpo de la mujer.Esta vía recibe el nombre de fertilización in vitro. En la actualidad la reproducción asistida (in útero o in vitro)es una practica muy común.
La eugenesia es una filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante varias formas de intervención.[1] Las metas perseguidas han variado entre la creación de personas más sanas e inteligentes, el ahorro de los recursos de la sociedad y el alivio del sufrimiento humano. Los medios antiguamente propuestos para alcanzar estos objetivos se centraban en la selección artificial, mientras los modernos se centran en el diagnóstico prenatal y la exploración fetal, la orientación genética, el control de natalidad, la fecundación in vitro y la ingeniería genética. Sus oponentes arguyen que la eugenesia es inmoral y está fundamentada en, o es en sí misma, una pseudociencia. Históricamente, la eugenesia ha sido usada como justificación para las discriminaciones coercitivas y las violaciones de los derechos humanos promovidas por el estado, como la esterilización forzosa de personas con defectos genéticos, el asesinato institucional y, en algunos casos, el genocidio de razas consideradas inferiores.
La selección artificial de seres humanos fue sugerida desde muy antiguo, al menos desde Platón, pero su versión moderna fue formulada por vez primera por Sir Francis Galton en 1865, recurriendo al reciente trabajo de su primo Charles Darwin. Desde sus inicios, la eugenesia (término derivado del griego ‘bien nacido’ o ‘buena reproducción’) fue apoyada por destacados pensadores, incluyendo a Alexander Graham Bell, George Bernard Shaw y Winston Churchill. La eugenesia fue una disciplina académica en muchos institutos y universidades. Su reputación científica se vino abajo en los años 1930, época en la que Ernst Rüdin empezó a incorporar la retórica eugenésica a las políticas raciales de la Alemania nazi. Durante el periodo de posguerra, gran parte tanto del público como de la comunidad científica asociaba la eugenesia con los abusos nazis, que incluyeron la «higiene racial» y la exterminación, si bien varios gobiernos regionales y nacionales mantuvieron programas eugenésicos hasta los años 1970.


Transplantes de órganos
Los trasplantes de órganos son uno de los exponentes más significativos del progreso científico de la Medicina actual, dadas las técnicas de conservación de vísceras por un lado y el desarrollo de medicamentos inmunosupresores, como la ciclosporina, por otro, que permiten una prolongada sobrevivencia del órgano trasplantado y por tanto del enfermo. Es por ello razonable pensar que la Bioética moderna, debería ser la que canalizara todos los aspectos del trasplante.
Para que se produzca un trasplante debe haber una donación y una recepción. En el acto de la donación se ponen en evidencia las actitudes éticas y culturales de una sociedad, individualizadas en la persona que consiente el trasplante. En la recepción se juntan los deseos del paciente con los aspectos de justicia social de distribución equitativa de órganos.
En los países occidentales como el nuestro, la donación de órganos para trasplantes sucede en un contexto con elevados estándares de justicia social y distributiva:
1.   La asistencia sanitaria es generalmente universal.
2.   La situación de enfermedad, desempleo o invalidez es compensada económicamente.
3.   Las facilidades para el tratamiento antes del trasplante, sobre todo el tratamiento con diálisis en los pacientes con insuficiencia renal terminal, son prácticamente ilimitadas.
4.   Por último las posibilidades de obtención de órganos procedentes de donantes fallecidos son elevadas.
Por ello, principios éticos aceptados en países desarrollados no pueden ser extrapolados a otras áreas geográficas con grandes carencias básicas. En los trasplantes, la atención de estos principios éticos debería ser equilibrada y no se puede atender a uno en detrimento de los otros. Surgen numerosos aspectos relacionados con las áreas del conocimiento y de la práctica donde se hace necesario adoptar decisiones que ayuden a resolver, en muy poco tiempo, situaciones límite para que médicos y coordinadores involucrados en los procedimientos de trasplante no lesionen los principios éticos básicos. En general, los dilemas del trasplante están relacionados con el órgano donado y el receptor del mismo.

Suicidio asistido Eutanasia

En la eutanasia prima la intención: suprimir el dolor por muerte indolora, en tanto que en la técnica eutanásica prima el método: por vía indolora producir la muerte.


Esta distinción es importante, para desenmascarar situaciones que, designadas eufemísticamente como “eutanasia”, en realidad no son más que aplicaciones de la técnica eutanásica a casos en los que se desea provocar la muerte. Tal es el caso de la “eutanasia eugénica “que elimina a los malformados, la “eutanasia económica”, que suprime a los viejos, inválidos y dementes; la “eutanasia judicial”, que aplica la pena de muerte sin dolor. Todas estas situaciones no son modalidades de la eutanasia, sino puesta en juego de la técnica de la muerte indolora.

Para que pueda hablarse de eutanasia en su verdadera acepción, que es la que aquí fundamentalmente nos interesa, han de coincidir el método y la intención: el método de la muerte indolora y la intención de evitar el dolor insufrible que padece aquel al que se aplica. En el concepto de eutanasia participan un sujeto paciente y un sujeto agente, que aplica la técnica eutanásica El carácter distintivo fundamental de la eutanasia, como aquí la conceptualizamos, es la voluntad del paciente, que desea poner fin a su existencia.. La eutanasia tiene los siguientes requisitos: a) consentimiento del paciente b) sufrimiento intolerable c) incurabilidad d) móvil compasivo del sujeto agente. La llamada eutanasia “involuntaria”, se refiere a la aplicación de la técnica eutanásica –provocación de la muerte sin dolor- sin consentimiento del paciente.


2. Eutanasia activa y pasiva:

Ambas consisten en una ayuda para morir. La eutanasia activa, «mercy killing» en la terminología anglosajona, se caracteriza por un «facere» del sujeto agente sobre el sujeto paciente, siendo precisa una intervención adecuada del primero, que utilizando determinados medios, generalmente drogas, acelera y produce la muerte del segundo. La eutanasia pasiva, «letting die» en la terminología anglosajona, se caracteriza por un «non facere», es decir, por la privación voluntaria de los cuidados precisos de una terapia normal, provocando así, por omisión, la muerte del enfermo o lesionado. En uno y otro caso se actúa por compasión, requisito esencial en la eutanasia. En el primero, sin embargo, se mata por misericordia, mientras que en el segundo por misericordia no se impide la muerte.
Como bien puede apreciarse, tanto la eutanasia activa como la pasiva tienen el objetivo, la intención de producir la muerte del paciente. La diferencia entre matar y dejar morir no resulta moralmente relevante.


3. Eutanasia lenitiva:

En la eutanasia lenitiva, la intención primaria no es provocar la muerte, sino mitigar los sufrimientos, aunque como efecto secundario asumido de esa mitigación se produzca un acortamiento de la vida. Tal es el caso de la administración de morfina, para calmar el dolor, sabiendo la depresión respiratoria que produce. Esto es lo que se conoce como “principio del doble efecto”. La eutanasia lenitiva difiere sustancialmente de la eutanasia (activa o pasiva) por la diferente naturaleza de su propósito.

4. Ortotanasia y distanasia:

En el caso de enfermos incurables se habla de ortotanasia, adistanasia o paraeutanasia, cuando se omiten o interrumpen concientemente medios que sólo sirven para prolongar la vida de un paciente en inminencia de la muerte. Se considera que tales medios –“llamados extraordinarios”- son “desproporcionados”, esto es, no guardan relación con ningún resultado deseable, como la curación o el alivio del paciente. Son, pues tratamientos fútiles o inútiles. Ejemplo de ello son las llamadas “medidas de soporte vital”, que prolongan la agonía cuando ello no puede reportarle al paciente la menor atenuación de su condición. La ortotanasia no es más ni menos que “la muerte a su debido tiempo”, ni prolongada artificialmente por la tecnología médica, ni anticipada por la eutanasia.


1.   Embarazo interrumpido
El embarazo interrumpido o aborto puede ser espontáneo o inducido. El aborto es un gran problema de la Bioética; no solo se refiere al principio de vida, sino también a su posible fin. Problema social tanto en sus aspectos éticos, jurídicos e incluso religiosos.
2.   Ingeniería Genética
Manipulación deliberada de la información genética, con miras al análisis genético o al mejoramiento de una especie.
3.   Transgénicos (OMG)
Los organismos genéticamente modificados son organismos vivientes genéticamente “manipulados” mediante la inserción de un gen extraño, para aumentar su valor. Sus aplicaciones son principalmente en la agricultura, para fines de consumo alimenticio.
4.   Clonación
Proceso que se aboca a la formación u obtención de un clon. ¿Qué es un clon? Es un grupo de organismos genéticamente idénticos, originados a partir de la reproducción asexual de un individuo progenitor. Los seres vivos que poseen un patrimonio genético idéntico se denominan clones.
5.   Manipulación Genética y Efectos de la Biodiversidad
Uno de los puntos más discutidos de la manipulación genética son los efectos que tiene a largo plazo sobre la biodiversidad y la vida humana